A la edad de dos años, cuando aún no se disponía de medidas preventivas, se contagió por el poliovirus. Fue una época de gran epidemia de polio, lo que la convirtió en una de las enfermedades infantiles más temidas del siglo XX. La familia siempre estuvo a su lado velando para que pudiera hacer una vida lo más normalizada posible.

 

Las muletas y, posteriormente, la silla de ruedas, le hicieron un luchador acérrimo de la accesibilidad. Abogado de profesión, desde muy joven fue perseverante y constante en su dedicación por el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad.

 

Tuvo un papel muy importante en el impulso del movimiento asociativo de la discapacidad en Catalunya como fundador de la Federación ECOM, en los años 70, la cual presidió durante más de veinte años dirigiendo e impulsando proyectos innovadores, buscando la complicidad de las instituciones para impulsar el crecimiento y desarrollo del sector. 

 

Defensor de la unidad del colectivo de personas con discapacidad, fue uno de los impulsores de la fundación del Comitè Català de Representants de Persones amb Discapacitat (COCARMI) en 1998, del cual fue presidente desde su creación hasta 2004. 

 

Aunque en este momento se retiró de la primera línea, continuó trabajando por la defensa de los derechos de las personas con discapacidad ofreciendo su apoyo, experiencia y consejos a los que le siguieron.

 

El pasado 20 de julio perdimos uno de nuestros referentes, pero su legado estará siempre presente en todos los que tuvimos la suerte de trabajar con él.